Ahora me toca el turno de numerar los
tres juegos que me han marcado y han hecho que vea la vida desde
otra perspectiva. No sólo son juegos que me hayan apasionado o
gustado, sino que estos juegos en particular han influenciado en mi
manera de ser. Escoger solamente tres es algo complicado, ya que en
mi opinión, cada juego en el que te sumerges es una experiencia
única que hace que te quedes con algo de él, incluso si el juego es
malo, ya que tu actitud crítica madura con ese juego en particular,
o por muy simple que parezca, ya que un juego simple puede
perfectamente significar un punto de inflexión en lo que conocías
por videojuego. Así que, basándome en algunos conceptos más
filosóficos de mi personalidad, he elegido tres títulos que creo
que me han definido bastante y que a día de hoy aún lo hacen.
Pokemon
Pokemon es un juego con unos mensajes
muy claros sobre el respeto a la naturaleza y más adelante la
importancia de la amistad. Pero el mensaje que Pokemon siempre ha
tenido en su interior y que con cada entrega hace que reflexione
sobre mi mismo es el tema de la independencia. Cuando coges por
primera vez la mochila y tus pokeballs y dejas tu vida rural
medianamente acomodada y sin preocupaciones, es uno de los momentos
más emocionantes para mi cada vez que empiezo un título nuevo de
Pokemon. El misterio de lo que me espera, explorar el mundo y no
saber que voy a encontrarme a la vuelta de cada esquina hacen a cada
entrega una experiencia única, además si le añades de que este
viaje es un crecimiento personal y único. Estás solo en esta
aventura de poder convertirte en el mejor entrenador Pokemon, y
aunque a veces tengas amigos que te acompañan en el viaje, ellos
crecen a un ritmo y con motivaciones diferente. Este crecimiento y
evolución se ve reflejado en tu equipo Pokemon, estableciendo una
analogía directa de cómo eras cuando empezaste y cómo eres cuando
tienes ocho medallas y te diriges al enfrentamiento final.
El último caso ha sido con Pokemon
Blanco y Pokemon Negro, donde Cheren y Bell hacen de su aventura
pokemon un viaje personal en busca de su verdadera vocación, y es
que no todos podemos ser Maestros Pokemon, pero eso no es ningún
inconveniente ya que cada uno realiza una función única e
independiente, sin que te influya tu familia o amigos, solo tu
descubrimiento y experiencia personal .
Ace Attorney
La saga protagonizada por el
incombustible abogado Phoenix Wright es una de mis aventuras gráficas
favoritas. La misma que ha creado personajes carismáticos y a los
que les coge cariño en apenas media hora, para acto seguido
quitártelos de en medio y sentir su pérdida. Pero si tengo que
quedarme con algo de lo que me ha enseñado Phoenix Wright es a
confiar en las palabras de alguien que te pide ayuda. El acto de
confianza es mutuo, por parte del acusado y por parte de su abogado,
ya que no existe la necesidad de mentir si confías plenamente en la
inocencia del otro.
Siempre he sido una persona
desconfiada, que ha intentado mantenerse un poco alejado de la gente,
abriéndome con muy pocos y conociendo solo lo que yo quería que
conocieran. No es que este juego en particular me haya hecho cambiar
mi forma de ser a alguien más extrovertido, pero si que me ha
ayudado a no pensar que todo el mundo va con trampas y que al final
la verdad sale a la luz. Lo importante no es ganar ni perder, tener
razón o no, sino darte cuenta de las verdaderas intenciones de la
gente y de las tuyas própias.
Final Fantasy IX
Qué Final Fantasy es una de mis sagas
favoritas de JRPG no es ningún misterio, pero si tuviera que escoger
un título que me haya marcado completamente, ese es sin duda la
entrega protagonizada por Yitan, Daga, y compañía. Ha habido otros
Final Fantasy que me han marcado de alguna u otra forma, como con los
personajes de Final Fantasy VIII o el peregrinaje de Final Fantasy X,
pero Final Fantasy IX consigue que toda la experiencia de juego sea
imprescindible en mi vida. Y es que a pesar del aspecto semi-infantil
y colorido que pueda presentar, esta entrega trata uno de los temas
que más me ha marcado y no es otro que la muerte.
Describiría a Final Fantasy IX como
una oda a la muerte, al futuro que a todos nos espera tarde o
temprano y sobre todo a la vida. Lo que nos hace realmente diferentes
es como vivamos y como nos relacionemos con el entorno, para que al
final de tu viaje puedas recordar y sentirte orgulloso de lo que has
hecho y has vivido en un apoteósico final que es el dejar de existir
físicamente.
Todos los personajes de este juego
tienen sus propias motivaciones, siendo estas algo más que
simplemente salvar el mundo. La necesidad de individualizarse y el
ser único, aceptarse a uno mismo y así aceptar a los demás, es el
primer paso para poder enfretarte a un destino que es para todos el
mismo, y así es como estos personajes se comportan durante la
aventura. Y no solo los protagonistas, sino los secundarios e incluso
algún villano de turno.
Este juego me ha marcado de forma que
puedo ver el final no como algo negativo sino como una recompensa
siempre y cuando hayas podido conocer a la persona más difícil del
mundo, que no es otra que uno mismo.
Estos tres juegos han marcado un antes
y un después no solo a la hora de jugar a otros, sino de como
percibo el entorno y como me siento conmigo mismo, configurando mi
personalidad y mi forma de actuar con respecto a ciertos temas.
Seguramente se me quede algún punto, pero los
conceptos de independencia, confianza y superación personal hacen
que estos tres juegos en específico hayan formado parte de mi como
algo más que un simple momento de entretenimiento.
Qué interesante el post ^_^
ResponderEliminarYo no podría comentar ahora mis juegos más personales, creo que es un tema que se ha de meditar bastante (y no lo he hecho xD), como para soltar algo a la ligera en un comentario, jejeje :P