Después de unas numerosas guerras, los
diferentes reinos de Simfield habían conseguido un equilibrio y una
estabilidad , lo cual se traducía como prosperidad y progreso. Los
reinos que habían quedado destruidos tras los últimos conflictos,
poco a poco se iban recuperando y se iban labrando un nombre en el
marco político del momento. Así nace Cattshire, un pequeño reino
costero anexado con Tredony al Oeste y con Crafthole al Sur.
Numerosas historias nos esperan en la costa del gato protagonizadas
por los diferentes personajes que ahí habitan o que habitarán.
Bienvenido a la creación de un reino medieval, con reyes, brujos,
trovadores, espías e incluso piratas.
El recién inaugurado castillo de
Cattshire necesitaba de un monarca que lo ocupara. Para ello, miraron
en el catálogo de las monarquías de Simfield y acudieron a la
antigua dinastía Cynning y a su más reciente heredero. Lord Thomas
Cynning era un joven noble que no había conocido a ninguna compañera
que le agradara lo suficiente para consumar su amor. Se decía que
era poderoso y caballeroso, aunque a veces le perdía su arrogancia.
Lord Thomas Cynning se convirtió en la
figura reinante de Cattshire y se prometió a si mismo que levantaría
aquel reino a cualquier precio. Lo primero que hizo fue consultar los
recursos de los que disponían. Para ello, nada mejor que consultarlo
con Rodrick, el maestro constructor el cual le dijo que tras la
construcción del castillo, se habían quedado escasos de madera y
piedra. Lord Thomas, ni corto ni perezoso, decidió ir a buscar
aquellos materiales para proveer al reino y hacerlo próspero.
En su camino al bosque, un asaltante le
atacó, pero Thomas se enfundó su traje de guerrero y se defendió
con honor, dejando al bandido en el suelo y desarmado mientras pedía
clemencia. Thomas solo quería buscar la madera que le haría falta y
ponerse cuanto antes a buscar una mina para obtener piedra.
Obtenido ambos materiales, un campesino
lo paró y le informó sobre una matona que había estado
aterrorizando al pueblo con amenazas y extorsionándolos
económicamente. Si había algo que Thomas no aguantaba eran las
injusticias y mandó a la matona a la picota y él mismo le hizo
aprender la lección.
De vuelta en el castillo, un visitante
le había llamado especialmente la atención. El trovador Crisanto
había llegado nuevo a Cattshire para narrar las historias de aquel
lugar y entretener a sus habitantes con canciones aprendidas en sus
viajes.
Era un chico joven, de largo y ondulado
cabello rubio. Lord Thomas decidió darle la bienvenida al castillo,
utilizando toda su galantería que le caracterizaba y tras varias
charlas y algún que otro chiste, Crisanto recibió una rosa salvaje
a manos del monarca, el cual la había recogido horas antes en su
camino al bosque.
Tras haberle dado aquella más que
bienvenida al trovador, Thomas pensó que todavía quedaba mucho por
hacer en el reino y que daría una audiencia en el trono real para
que los habitantes de Cattshire le expusieran sus dudas y problemas.
Múltiples ciudadanos llegaron al castillo para preguntar desde que
debían de hacer con su vecino que les estropeaba el jardín hasta
asociaciones pidiendo una ayuda económica para emprender nuevos
viajes e investigaciones.
Thomas había sido generoso con todos
ellos y su popularidad aumentó rápidamente, haciéndolo el soberano
que aquel reino costero necesitaba. Cattshire pronto se convertiría
en la comidilla de los reinos colindantes, lo que atraía cada vez a
más gente y así crecer como nación.
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